Educación en Colombia: brechas, repitencia y deserción

Los resultados de la prueba Saber 11 evalúan el desarrollo de las competencias básicas de los estudiantes que finalizan el ciclo de educación básica y media en Colombia. En 2024, presentaron la prueba 557.379 estudiantes de calendario A y B, pertenecientes a instituciones educativas públicas y privadas. Por su trayectoria y la experiencia acumulada en la evaluación de competencias, la prueba ofrece información valiosa que permite a la sociedad identificar problemas y tomar decisiones orientadas a ofrecer a los jóvenes una educación pertinente y de calidad, que los prepare para ser ciudadanos activos y productivos en el mundo incierto y cambiante que les ha tocado vivir.

Un primer problema es la deserción estudiantil, según el informe reciente Brechas Educativas de la Fundación Empresarios por la Educación, entre 2023 y 2024 más de 70.000 estudiantes de los niveles socioeconómicos más bajos (NSE 1, 2 y 3) dejaron de presentar el examen. El Ministerio de Educación Nacional reconoce que esta deserción se debe a variables socioeconómicas y sociodemográficas, pero también a causas internas del sistema educativo. Entre estas, destaca la repitencia, que en el sector oficial alcanzó en 2023 el alarmante 9,19 %, casi 700.000 estudiantes fueron condenados a perder un año, a pesar de saber que la repitencia no promueve el aprendizaje. En el sector privado, la tasa fue del 2,95 %. Según el Panorama de la Educación de la OCDE 2024, Colombia lidera la lista de países con mayor repitencia en la educación primaria, con una tasa del 5,8 %, muy por encima del promedio de la OCDE, que fue del 1,5 %.

Las brechas de equidad persisten en 2024:

  • La diferencia en el puntaje global promedio entre el sector oficial (248,9) y el sector privado (278,3) fue de 29 puntos.
  • La brecha entre estudiantes de zonas urbanas (260,4) y rurales (235,2) aumentó a 25 puntos.
  • En cuanto al género, los hombres superaron en promedio a las mujeres por 9,1 puntos, el registro más alto en los últimos once años.

Los graves problemas de la deserción, la repitencia y las inequidades en la educación básica y media de Colombia, deben salir del ámbito de los educadores y ser asumidos por la sociedad. Ocupar el infame primer lugar en repitencia entre los países que participan en la prueba PISA requiere una profunda trasformación del sistema educativo producto de un debate en el cual intervengan los estudiantes, padres de familia, educadores y también los gobernantes, en donde el primer paso consiste en eliminar la evaluación como castigo y ponerla al servicio del aprendizaje, pero estamos muy lejos.

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