El Cañón del Chicamocha es un escenario natural que ofrece una excelente oportunidad para comprender la dinámica geológica de nuestro planeta. Su formación, evolución e implicaciones biológicas y culturales, sustentan su gran valor científico, educativo y estético.
Los procesos geológicos derivados de las interacciones entre las placas tectónicas presentes en esta esquina de América del Sur (Sudamérica, Caribe, Nazca), han definido los rasgos físico-geográficos de este territorio, incluida, por supuesto, la propia formación del cañón. En este sentido, el papel de la tectónica ha sido determinante en la formación de este grandioso paisaje de nuestro país.
Los procesos tectónicos recientes (nos referimos a los últimos 12 millones de años-Orogenia Andina-), derivados de las interacciones entre las placas antes mencionadas, generaron el levantamiento progresivo de la Cordillera Oriental de Colombia. Este levantamiento, entre otros eventos asociados, desencadenó la reactivación del sistema de Fallas Bucaramanga-Santa Marta: una estructura geológica antigua y profunda que rompe la corteza terrestre. Este sistema de fallas se manifiesta en superficie, mediante una rectilinealidad identificable tanto en el terreno como en imágenes aéreas y satelitales. Esta estructura tiene unos 600 km de longitud y se proyecta a lo largo de los departamentos de Boyacá, Santander, Norte de Santander, Cesar y Magdalena. Su reactivación fue responsable de la formación de nuevas fracturas y fallas menores, las cuales han fragmentado las rocas y las han desplazado lentamente.
En el marco anteriormente mencionado, emerge una pregunta esperada: ¿por qué no se formó un cañón aún más extenso a lo largo de todo el sistema de fallas Bucaramanga-Santa Marta?. La respuesta radica en que las fallas fueron la antesala de la formación del cañón, pero ese proceso no fue suficiente; se necesitó otro proceso que reforzara el desgaste de las rocas, pero en este caso uno de origen exógeno o somero, tal como lo ha sido la erosión (principalmente de tipo hídrica). La erosión hídrica es un fenómeno capaz de socavar y profundizar valles y cañones, y de reducir las alturas de las montañas, debido a que desgasta las rocas, arrancándoles sus componentes grano a grano. Los efectos de la erosión hídrica ponen de relieve su gran importancia y sus impactos, especialmente con el transcurrir del tiempo geológico. Ese reforzamiento antes referido (tectónica y erosión hídrica), se desarrolló más intensamente en el segmento sur del sistema de fallas mencionado, aproximadamente a lo largo de unos 150 kilómetros de longitud, donde las fallas controlaron el curso de ríos como el Chicamocha, desencadenando la erosión hídrica que generó el lento y progresivo desarrollo del cañón. La riqueza geológica, biológica y cultural del Cañón del Chicamocha, le confiere una importancia internacional a este excepcional paisaje. Esto último se esgrime como argumento por parte de la comunidad geológica nacional, en las gestiones encaminadas a lograr su designación como ‘Geoparque Mundial de la UNESCO’, entre otros objetivos.
Luis Carlos Mantilla Figueroa
